Hasta el día del estreno fueron muchos los que hubo que ensayar por las tardes, memorizar papeles, preparar escenarios, buscar trajes, pasar nervios, hacerse preguntas, acarrear lanzas...
Por fin llegó el día del estreno y hubo que saber cómo era realmente la parte de atrás del teatro: madrugar, montar, ajustar medios técnicos, decorados que no funcionan, platea llena, ensayos de útlima hora, cambios de planes. Luces. Telón. Estreno...
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P.S.: (glosa para una reflexión pedagógica)
El proyecto de asimilar el lenguaje teatral en un trimestre y preparar en otro cada aspecto de la función (dramaturgia, escenografía, técnica, atrezzo, actuación, etc.) exige un alto grado de compromiso al alumnado y permite al profesorado una práctica educativa muy diferente a la del aula convencional. También a la del aula discutible y convencionalmente llamada innovadora.
Se abordan todas las competencias del currículo de un modo u otro y se emplea una gran variedad de recursos y espacios educativos. Y después, toca salir del patio, del aula de audiovisuales y del polideportivo a algo tan real como sostener la propuesta en un escenario, delante de unos cientos de espectadores de carne y hueso y con las luces de sala apagadas. Y ahí la escuela, que es parte de la vida, se inserta en un ámbito más amplio de la vida social y la experiencia es otra, también más ancha que las verjas del instituto.
(Este profe alberga la sospecha de que cada alumn@ , afrontando los contratiempos, sacando adelante la obra con alegría, compañerismo y coraje ejemplares, aprendió más que con todos los libros que hubo que leer durante el curso antes de llegar hasta ahí. Gracias a cada uno por la experiencia y un aplauso por lo demostrado)
